El Parque Nacional Galápagos, el primer parque nacional de Ecuador, cubre el 97% de la superficie terrestre de las Islas Galápagos, que es alrededor de 7995,4 km². El 3% restante se reparte entre las zonas habitadas de las islas. Uno de los aspectos más destacables de la biodiversidad del parque son sus especies endémicas, que han evolucionado de forma aislada en las islas. Entre ellos se incluyen los famosos pinzones de Darwin, cuyas diversas formas de pico reflejan sus dietas especializadas y demuestran el proceso de radiación adaptativa. Además, los sinsontes de Galápagos y las lagartijas de lava son excelentes ejemplos de especies que se encuentran exclusivamente dentro del archipiélago, lo que contribuye a su patrimonio ecológico único.
La convergencia de corrientes oceánicas cálidas y frías mejora aún más la diversidad, lo que convierte a Galápagos en un punto de acceso tanto para los entusiastas de la vida marina como para los investigadores. Proteger esta extraordinaria biodiversidad es primordial, y los esfuerzos de conservación dentro del parque tienen como objetivo garantizar la supervivencia a largo plazo de estas especies y ecosistemas únicos para que las generaciones futuras los aprecien y estudien.